| Blog | Limpieza con agua pura

Una sutil diferencia: cerdas divididas y sin dividir

UNGER diferencia cerdas divididas sin dividir

La cerda marca la diferencia: los limpiadores profesionales de cristales y edificios deben decidir en cada trabajo qué cepillo con circulación de agua van a utilizar. Que la elección recaiga en un cepillo con cerdas divididas o sin dividir depende de diversos factores: por ejemplo, si se trata de la limpieza periódica de cristales con un grado de suciedad normal o si lo que se pretende es obtener un brillo intenso en superficies muy sucias.

Veamos qué cerdas son las más adecuadas para cada uso.

1. Cepillos con cerdas divididas

Los cepillos UNGER nLITE con cerdas divididas tienen una superficie de contacto más amplia y, por lo tanto, un mayor rendimiento de limpieza. Además, facilitan el manejo, ya que se deslizan mejor sobre la superficie que se va a limpiar que los cepillos con cerdas no divididas. Gracias a estas propiedades, son óptimos para la limpieza periódica de cristales con un grado de suciedad normal.

2. Cepillos con cerdas no divididas

Si no se puede garantizar un caudal de agua suficiente o si los cristales están muy sucios, lo más seguro es utilizar un cepillo con cerdas no divididas, ya que se adhiere menos suciedad y, además, los cepillos con cerdas no divididas tienen una vida útil más larga. También resultan más prácticos a la hora de limpiar superficies con un ángulo de inclinación bajo, como paneles solares. ¿El motivo? Allí se acumula mucha suciedad y, debido al ángulo considerablemente menor, el agua sucia fluye más lentamente que en las superficies verticales.

¡Ni una oportunidad a los cepillos que arañan!

Ya sean cerdas divididas o sin dividir, un consejo fundamental: antes de limpiar un cristal por primera vez, compruebe el cepillo en una zona poco visible. ¿Por qué? Algunas superficies son muy sensibles a los arañazos y la experiencia nos ha demostrado que ¡más vale prevenir!